25.04.24
La situación de vulnerabilidad de las personas que solicitan cada año becas para que sus hijos e hijas puedan disfrutar de actividades de ocio en verano se mantiene en situación crítica después de varios años seguidos de crisis. Aunque algunos indicadores reflejan una ligera mejora de los indicadores de la pobreza en Cataluña, un informe de la Fundación Pere Tarrés sobre las condiciones de vida de las familias becadas en verano indica una preocupante cronificación de la vulnerabilidad. Una situación que se ejemplifica con datos como que un 37,9% de estas familias analizadas viven en condiciones de lo que se llama pobreza severa (es decir, con unos ingresos por debajo del 40% de la media de Cataluña) y un 13,8%, en extrema pobreza (sus ingresos suponen menos del 20% de la media catalana).
Globalmente, dos de cada tres hogares reflejados en el informe (un 65,8%) se sitúa por debajo del umbral de pobreza. Para poner en contexto este dato es necesario recordar que en el global de Cataluña, el porcentaje de familias que se sitúan en riesgo de pobreza es del 32%, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña. Cabe remarcar que estos indicadores tienen en cuenta los ingresos de las familias pero no los gastos que la mayoría deben asumir y que no han hecho más que crecer en los últimos años, con lo que incluso las familias que quedan por encima de estos índices se encuentran en situaciones muy complicadas: “El aumento de los gastos relacionados con la vivienda, la precariedad de los puestos de trabajo, la inflación, que ha implicado el incremento de gastos básicos como los de la alimentación...Todas estas circunstancias han generado una bolsa de pobreza muy cronificada. Aunque parece que haya una aparente mejora, hay mucha gente que cada día sufre mucho”, explica Rafael Ruiz de Gauna, adjunto al director de la Fundación Pere Tarrés y director de la red de centros socioeducativos de la entidad.
Otros datos del informe inciden en esta cronificación. Por ejemplo, la renta anual media de las familias que solicitan beca es de 16.349€, y un porcentaje muy importante de estos hogares (un 33,4%) se sitúa en franjas de renta por debajo de los 15.000€. La comparativa con los datos globales de toda Cataluña evidencia de forma clara esta situación de extrema fragilidad: según datos del Idescat, la renta media neta anual por familia en Cataluña es de 23.269€.
Esto con respecto a la media de ingresos del hogar. Pero también es muy significativa la cifra de la renta media por unidad de consumo (por miembro de la familia), que es de 7.605€. Si una vez más la ponemos en comparación con la de Cataluña, la renta media por persona es de 15.830€, más del doble.
Además, un tercio de la muestra (un 32,9%) vive, de promedio, con menos de 3.000€ al año por persona. Hay que tener en cuenta que esta media se extrae con todos los miembros de la familia, tanto los que generan ingresos como los que no, y ponderando de forma diferente a los miembros en función de si generan ingresos o no y de la edad.
Estas cifras y porcentajes son la punta del iceberg de una situación que para muchas familias es muy compleja y para algunas directamente insostenible. Las dificultades económicas a menudo acaban repercutiendo en los niños: algunas de estas familias no tienen ingresos suficientes para mantener una alimentación equilibrada ni para calentar adecuadamente el hogar en invierno; algunas viven en viviendas insalubres, pequeñas y sobreocupadas, donde los niños no disponen de espacios con suficiente intimidad o comodidad para estudiar o realizar las tareas de la escuela. Según el mismo informe, los hogares analizados tienen una alta ocupación: en él viven 4,5 personas de media. De hecho, un 40,8% de las familias analizadas disponen del carnet de familia numerosa o tienen 3 o más hijos/hijas y casi la mitad (46,8%) son monoparentales o monomarentales. Otros datos indican que la gran mayoría de familias (3 de cada 4) no disponen de la vivienda en propiedad. Entre la minoría de familias que son propietarias de su residencia, se detectan situaciones importantes de hacinamiento: el 66,3% viven en una superficie inferior a 25m2 por persona. Por lo que se refiere a la nacionalidad, un 60% de los niños tienen la nacionalidad española, un 9% proceden de países de África y un 14% de América. Las familias que solicitan beca tienen también problemas para pagar algunos recibos mensuales y costearse vacaciones y muchos tienen dificultades importantes de conectividad a Internet.
Becas para más de 6.000 niños y niñas
En este contexto, para muchos hogares, garantizar que sus hijos participen en actividades educativas y de ocio fuera del horario lectivo es todo un lujo. La Fundación Pere Tarrés está convencida de que las actividades de educación en el tiempo libre son esenciales en el desarrollo de los niños y mejoran sus competencias educativas y profesionales (como la capacidad de aprendizaje, el respeto por las normas sociales, la educación cívica y social o la capacidad de asumir responsabilidades), pero además, para muchos de estos niños y niñas suponen espacios reparadores y de desconexión de las situaciones difíciles que muchos viven en casa. Por eso, la Fundación tiene claro que debería garantizarse un acceso universal y gratuito a estas actividades para todos ellos: “La sociedad tiene claro que deben existir becas comedor, pero nadie se preocupa de estos tres meses que las escuelas cierran y no se puede garantizar una comida saludable para miles de niños y niñas. O de garantizar que puedan tener derecho al ocio, o que tengan estímulos educativos adecuados”, reflexiona Ruiz de Gauna.
Es por eso que un año más la Fundación pone en marcha la campaña “Ningún niño o niña sin colonias”, que tiene por objetivo garantizar el acceso a las actividades de ocio en verano a niños en situación de vulnerabilidad a través de un programa de becas. El pasado verano la Fundación Pere Tarrés invirtió más de 2 millones de euros (concretamente 2.045.841€) para becar a 6.407 niños y jóvenes para que pudieran participar en cerca de 20.000 turnos de actividades de casales o colonias, más que nunca antes. Este año, en función de los recursos que se obtengan, la Fundación se plantea igualar esta cifra y alcanzar al menos las 6.500 becas.
Estas ayudas son posibles gracias al soporte de administraciones, empresas y particulares. La campaña cuenta con el apoyo económico de la Generalitat de Cataluña, la Consejería de Servicios Sociales y Cooperación de las Islas Baleares, la Diputación de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Tarragona, Fundación “la Caixa” y donantes particulares y empresas.