Esther Vivas es periodista y autora de varios libros sobre maternidad, consumo responsable y movimientos sociales, su última obra es "Mama desobediente. Una mirada feminista a la maternidad". Escribe y participa regularmente en diversos medios como especialista. Además, es profesora del Máster en Desarrollo y Cooperación de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés -URL. Recientemente ha sido madrina de la promoción 2.019 de la Facultad, gracias a una votación de los alumnos, por eso desde la Fundación hemos querido conocer más a fondo su visión sobre las profesiones sociales como las que se imparten desde la Facultad.
- ¿Qué valor o característica consideras que deben tener, de manera indispensable, los agentes sociales?Creo que una de las cosas que comparten todos los que han elegido unos estudios vinculados a la educación social y el trabajo social es la vocación. La vocación es un elemento innegable de la gente que lleva a cabo estas profesiones, porque implica acompañar procesos que son invisibles, que no son valorados ni social ni económicamente. Sin embargo, ¿qué haría nuestra sociedad sin todos aquellos y aquellas que, tanto desde un punto de vista personal como profesional, acompañan a personas dependientes?
- La mayoría de estudiantes de las profesiones sociales son mujeres. ¿Por qué existe esta tendencia? ¿Crees que es positivo?Las profesiones sociales son profesiones eminentemente femeninas porque están asociadas a las tareas de cuidados que siempre hemos hecho las mujeres. Hay que tomar conciencia, sin embargo, que el cuidado es cosa de todas y todos. El trabajo de cuidados es responsabilidad de mujeres, hombres y de la sociedad en general.
- ¿Crees que son profesiones mejor valoradas?No. Más bien son trabajos poco valoradas, remuneradas con salarios bajos, con un reconocimiento social casi nulo. Trabajar cuidando niños o personas mayores no da prestigio, pero en cambio es una tarea imprescindible para la reproducción humana. Todos necesitamos en un momento u otro de nuestra vida que nos cuiden. Sin embargo, la sociedad actual da más importancia a los que "cuidan" de máquinas y ordenadores que a los que cuidan de personas.El trabajo de los trabajadores y educadores sociales es imprescindible y hay que valorarla. El compromiso, la voluntad de cambio, la ayuda, la cooperación ... es lo que permite avanzar a las sociedades en clave democrática, igualitaria, y también feminista.
- Para poder avanzar hacia este cambio de sociedad del que hablas, ¿hace falta un trabajo individual o en red?Es una tarea en equipo, que implica acompañar procesos complejos. Acompañar a personas en su proceso vital no es sencillo, pero la recompensa es todo lo que aprendes en clave personal y profesional. En las profesiones de carácter social, hay que trabajar en red, en equipo, en contacto permanente con la comunidad, en diálogo con las personas a las que acompañas, no puede ser un trabajo solitario. Como decía una buena amiga que es educadora social, "no estamos aquí para ayudar sino para acompañar procesos". Los educadores y trabajadores sociales son agentes de cambio en un contexto en el que las desigualdades en lugar de ir a menos van a más. Un contexto en el que estamos pagando las consecuencias de la crisis económica y social que estalló en 2008. Y trabajo en este contexto no es sencillo.
- ¿Cuál crees que debe ser la tarea y el objetivo de los educadores y trabajadores sociales?Su tarea debería ser hacer visible las realidades silenciadas, sacarlas del armario. Y más allá del cambio a generar en el entorno inmediato, enmarcar estas problemáticas concretas en un contexto más amplio de crecientes desigualdades económicas y sociales, las que hay que erradicar.
- ¿Qué consejo o recomendación darías a estos estudiantes que entran ahora en el mundo del trabajo?Trabajar para mejorar la vida de los demás, implica mejorar también la vida propia. Cuidad cuidandos.