02.11.18
Oscar Martínez, profesor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL ha sido el ganador del segundo premio Aristos Campus Mundus de Responsabilidad Social a las Buenas Prácticas en el Compromiso Social Universitario. El galardón le ha sido otorgado por el proyecto 'Utilización de la tecnología para sensibilizar sobre la accesibilidad' que ha desarrollado junto con sus alumnos de la asignatura de Diversidad Funcional. Le entrevistamos para conocer cómo es el proyecto que busca cambiar de mirada hacia la discapacidad y concienciar de la vulneración de derechos humanos y las situaciones de exclusión estructural que sufren las personas que salen de la "norma".
¿En qué consiste el proyecto por el que os han otorgado este premio?
Generamos valoraciones geolocalizadas sobre la accesibilidad de diferentes lugares del territorio y compartimos la información en la base de datos de la aplicación EsAccesible que utilizan personas con discapacidad. Aprendemos valorando los lugares y esto le da información a las personas con discapacidad que utilizan la App.
Por otro lado, los estudiantes comparten fotografías en su entorno donde se visualizan algunos aspectos de inaccesibilidad o espacios que sí garantizan la accesibilidad. Lo hacemos en la plataforma Twitter con las etiquetas #DiversitatFPT y #ShareDiversitas. Consiste en utilizar la excusa de una asignatura en la Facultad relacionada con la diversidad funcional para generar pequeños cambios relacionados con la accesibilidad. Provocando estos cambios entrenamos la mirada sobre las dificultades que provocan nuestros entornos para las personas con discapacidad y, además, aprendemos.
Además, estos años nos hemos propuesto intentar conseguir algún cambio de mejora de la accesibilidad en la propia calle donde vive cada estudiante.
La experiencia de las fotografías y las valoraciones con la aplicación después las integramos a las clases y las unimos con el contenido de la asignatura.
El primer ejemplo de cambio de este curso ha sido un estudiante que hizo público toda una zona de su ciudad llena de plantas que impedían el paso o lo hacía peligroso para personas ciegas o de baja visión que no estaban podadas. Al hacerlo público con el ejercicio de la asignatura, su ayuntamiento en un par de días había podado las plantas y mejoraba el espacio para todas las personas.
¿De dónde surge la idea del proyecto?
La idea surge de la intención de diseñar una asignatura que desarrollara alguna acción fuera del aula y que tuviera que suponer alguna acción concreta por parte de los estudiantes. Más allá del desarrollo teórico se pensó en la idea de provocar pequeños cambios saliendo del aula que nos permitieran luego relacionarlos con la asignatura.
La exclusión que sufren las personas con discapacidad es una situación que la viven cada uno de los días de su vida y, por tanto, teníamos que diseñar una asignatura que hiciera que los estudiantes miraran su entorno desde este punto de vista. Teníamos que conseguir que el estudiante mirara con atención lo que ha visto siempre de su ciudad, pero nunca se había parado a mirar. Sugerir tomar fotografías y compartirlas nos sirve para llegar a este objetivo.
¿Cómo ha evolucionado este desde su concepción hasta hoy día?
El proyecto en la Facultad lo llevamos a cabo desde la creación de los grados y, por tanto, el uso de Twitter no estaba tan generalizado. Ni siquiera permitía compartir fotografías. A lo largo del tiempo, las mejoras en la red social nos han ayudado mucho.
Por otra parte, una de las grandes evoluciones ha sido poder utilizar la aplicación EsAccesibleApp que más tarde también tradujo al catalán teniendo en cuenta el uso intensivo que hacíamos. La combinación de las dos aplicaciones ha sido muy satisfactoria.
¿Qué objetivo final persigue?
La asignatura persigue un cambio de mirada hacia la discapacidad y por otra parte una toma de conciencia de la vulneración de derechos humanos y las situaciones de exclusión estructural que sufren las personas que salen de la norma. Para que nuestros estudiantes puedan concienciar deben estar concienciados.
¿Cuál es tu aportación como Educador Social al proyecto?
El proyecto pretende llegar a conseguir cambios que, por muy pequeños que parezcan, son motivadores para poder creer que como ciudadanos y luego somos organizaciones podemos promover estos cambios. El sistema nos hace creer que todo funciona de una determinada manera y que no se puede hacer nada para cambiarlo. Pero esta idea es sólo un "farol" porque ni siquiera lo intentamos.
¿Qué innovación supone un proyecto de estas características?
Hacemos que la asignatura traspase las paredes de la facultad y la llevamos fuera. Visualizamos aspectos relativos al derecho a tener una ciudad accesible para todas las personas y lo hacemos utilizando los espacios personales de los estudiantes, sus entornos, sus calles y barrios. Por otro lado, hacemos una base de datos de valoraciones de espacios a partir de su accesibilidad y la dejamos en abierto, mediante la aplicación EsAccessible App para que las personas con diversidad funcional puedan acceder. El proyecto, además, se relaciona con otras similares y genera sinergias con expertos y otras universidades que, en algún caso, utilizan alguna parte de esta metodología. El proyecto global, los últimos años ha generado más de 3000 fotografías y más de 3000 valoraciones sobre la accesibilidad de diferentes lugares. Además, ha supuesto más de 70 impactos en prensa poniendo en común reflexiones relacionadas con la diversidad funcional. Esto supone que buena parte del trabajo que hacemos la compartimos con muchos ciudadanos que no tienen que ver con el sector social. No sólo queremos impactar entre los educadores o trabajadores sociales sino con el resto de personas.
¿Cuáles son las expectativas tienes en la implantación del proyecto?
Desde hace un tiempo estamos utilizando la etiqueta #ShareDiversitas porque todo el que quiera pueda añadirse a la red de fotografías y creamos una red más allá de los estudiantes. Cualquier otra facultad que quiera hacerlo se puede añadir que la cuestión del diseño para todas las personas no sólo es relativo a la educación social o al trabajo social. Creo que es una metodología que también se podría aplicar a institutos u otros tipos de formaciones. La experiencia la hemos presentado en diferentes congresos internacionales y también fue incluida como una buena práctica en una publicación de la CRUE y Fundación ONCE destinada a la incorporación de la cuestión del diseño para todas las personas a las facultades de educación: magisterio, pedagogía y educación social.
¿En el ámbito educativo, que aporta a los alumnos la participación en un proyecto como este? La experiencia de mirar sus ciudades con unos ojos entrenados a ver las situaciones de exclusión que sufren determinadas personas sólo por el hecho de funcionar de manera diferente a la gran mayoría. També les supone acciones con las que aprenden, pero que además tienen una repercusión directa en las personas con diversidad funcional que utilizan la aplicación EsAccesible App.
¿Cuál crees que es el papel que deben tener los educadores y trabajadores sociales para cambiar la accesibilidad del espacio público?
La mirada de los profesionales de la educación social y el trabajo social es fundamental para el diseño de los espacios. Aunque esto está cambiando, las ciudades han sufrido unos diseños que no siempre han sido pensados para que acaben siendo más amables con las personas, con todo el mundo en general. EL diseño de los espacios cada vez tiene más en cuenta otras miradas más allá de los urbanistas o los arquitectos. En este sentido una de las cosas más importantes en tener la visión y opinión de las propias personas con diversidad funcional porque si no puedes generar cambios que luego no son adecuados o simplemente no sirven. De hecho, esto es sólo en materia de accesibilidad. En la asignatura recordamos muchas veces una de las grandes reivindicaciones que hacen las personas con diversidad funcional: "Nada sobre nosotros sin nosotros".